jueves, febrero 04, 2010

Relaciones Públicas: Subculturas emergentes

Por Avelina Frías

Un derecho fundamental de los seres humanos y un deseo particular de la sociedad es la búsqueda de la felicidad, y muchas personas están tratándo de hacer válido ese privilegio. Nuestro frenesí por la búsqueda de diversión y la ansiada felicidad es el sueño que utilizan muchas de las marcas de los grandes centros de diversión o ciudades marca como Las Vegas.

De acuerdo a la convención de visitantes y autoridad en las Vegas, la ciudad está estableciendo nuevos récords en el número de visitantes año con año. Las Vegas atrae a cualquier tipo de persona porque posee toda clase de diversión. Es un destino familiar que ofrece buffets económicos, emocionantes parques temáticos y a la vez, es el destino predilecto del libertinaje, una promesa de completa libertad basada en lo que uno quiere, sin pedir algo a cambio. Después de todo, como reza la promesa de campaña de la ciudad “Lo que pasa en las Vegas, se queda en las Vegas”.

Las Vegas ofrece la oportunidad de reinventar infinitas posibilidades. Existe la atracción de una ciudad salvaje por un lado, pero también la esperanza de que la siguiente apuesta o moneda tirada en las tragaperras será “la apuesta”. Ésta es una perspectiva inmediata del sueño americano, una rápida victoria con una gran recompensa, que no puede ser válida en todo el mundo.

¿Es que acaso creeis que debe haber más ciudades como Las Vegas para ser felices?

Post original en el blog de túatú.

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